La espera


En el expreso de media tarde de regreso de la tierra de la niebla, la gente rememora sus Navidades en la noche cerrada de las ventanillas. Dan cabezazos contra el cristal por el sueño que les vence después de tantos excesos. Se despiertan con el pitido y la voz metálica que anuncia una nueva estación. Y se vuelven a dormir. En el asiento de delante viaja una mujer atractiva, con la etiqueta de Air France Privé en su maleta. Interpreto que es una azafata de vuelo, que ahora viaja en un avión terrestre sobre carriles. Tiene el cabello salvaje y rojizo. Es alta. Atractiva. Huele a Francia.

El convoy frena en un túnel bajo tierra. Dejo que ella baje ante mis pasos. La sigo por el pasillo de la estación del paseo de Gràcia, hasta la salida a la calle Aragó. Allí la abraza un tipo con gafas y poco cabello. Y ella se aleja agarrada de su cintura con sus botas eternas de montar a caballo.

Llego a mi piso. Busco nervioso en el correo una respuesta de Violette Moulin. Le escribí antes de partir por las fiestas de Navidad, para pedirle ir un poco más allá de nuestra palabras en los blogs. Me la imagino con sus botas eternas de montar a caballo, con sus etiquetas de Air France Privé en su maleta. Con su aroma a Francia. Esperando a que diga que sí. A que me permita esperarla en la salida de la calle Aragó. A que me deje tomar una cerveza con ella.

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Blocaire Invisible 2009 - Tres pistes noves

Per evitar les conyetes de certa mademoiselle, seré concís en les noves pistes:

-Escriu en català.

-El seu blog és més jove que el meu.

-El seu primer post té la meitat de comentaris que el meu primer post.

Blocaire Invisible 2009 - Primera pista


Ha costat, però ja tinc amic/amiga invisible en aquesta iniciativa de l'Alepsi, l'Anna Tarambana i el Veí de Dalt. Us dono la primera pista:

No m'importaria passar una nit amb aquesta persona. Crec que tenim moltes coses en comú. No ens faltarien temes de conversa amb un gin tonic entre les mans. Podria ser l'inici d'una bona amistat, i qui sap si d'alguna cosa més.

Fotomatón


Hay un lugar en el mundo donde te sientes más solo que en ninguna parte. He acudido allí. He prendido un cigarrillo de liar. La puntita roja apenas se reflejaba en la pantalla del fotomatón. Estaba con melena de Rey León. Mañana me voy a rapar al uno, porque vienen meses de batalla. De guerra cruel. Me he retratado así, piloso, para la renovación del DNI, mientras pasaban ambulancias urgentes por la calle Balmes. He esperado a que se secaran las fotografías para comprobar que me parezco a Benito Mussolini. He caminado a casa para cenar. Luego, esta noche, os he buscado en "Google images". Hace días os propuse que me mandarais imágenes de aquellos famosos a los que os parecéis.

Poco a poco, habéis corrido la cortinilla del fotomatón para poner la mejor de vuestras caras ante el fogonazo del flash. Y semejaros a alguien que no seáis vosotros: un personaje popular, por ejemplo. Mientras descargaba fotografías, sonreía. Os imaginaba parecidos a ellos.

Muchas gracias por participar en este juego. Si alguien se quiere apuntar a última hora, lo publicaré en el blog.






Xurri - Isabella Rossellini








Duschgel - Jolin Tsai.







Gemma - Mercè Arànega.







Arare- Monica Vitti.








El Capità- Omar Shariff.







Emily - Susan Sarandon.






Nimue - Françoise Hardy.








Cris- Ornella Muti.







El Veí - Gunoei Yokoi.








Khalina - Emily Watson.








Atikus - Germán Copini.








Be - Christy Turlington.








MK - Ally McGraw.









Violette Moulin - Ava Gardner








Fra Miquel - Keanu Reeves









La Rateta Miquey - Jacqueline Kennedy






Pratinsky - Bruce Willis







Ilse - Barbara Streisand







Yo - Benito Mussolini.

Burt Lancaster


Esta tarde he ido a ver al pequeño Hayden en ese curso de circo que sigue tras un escaparate de la calle Milà i Fontanals. Estaba colgado boca abajo en el trapecio, imitando a Burt Lancaster en una película de piratas, cuando me ha descubierto tras el cristal. Se sostenía allá arriba con sus piernecitas. Me ha dibujado una sonrisa que parecía triste puesta al revés. En la puerta, la madre de otro niño acrobático me ha comentado que nos parecemos. Nunca me lo habían dicho, y no creo que sea cierto. Él es guapo y no está contaminado por la vida.

Ha acabado su clase circense del jueves a las siete en punto, y hemos paseado un ratito hasta ese mercado que parece un sombrerito inglés de media copa, hasta la librería de la muchacha triste, hasta la plaza de los helados caros (se sabe la ruta de memoria, el espabilado). Hemos sorteado bicicletas en la acera, hemos saltado entre las ruedas de cochecitos con niños multiculturales que pretendían atropellarnos, hemos tenido paciencia para cruzar los pasos de peatones (con nuestro semáforo en verde), aguardando a que los conductores con patillas largas acabaran de ningunearnos con sus bólidos tuneados. El pequeño Hayden quería prenderse en la nueva decoración navideña para hacer de Burt Lancaster. Pero no conseguía llegar a tanta altura sobre mis hombros.

Le he devuelto a casa. Pasear con el niño es como tirar de la correa de un caracol-mascota. Tardas en recorrer cinco metros con él lo que te costaría caminar cinco kilómetros en soledad. Pero aprendes a ser un cachorro de nuevo, a fijarte en detalles insignificantes que para ellos son una aventura. Le he dejado al amparo de sus progenitores, no sin antes quedar con el pequeño Hayden para ir a pasear por el campo. Este domingo. En la tierra de la niebla.

He remontado el camino hasta mi barrio, observando las luces navideñas. Me he acordado de ese piso en Madrid, con una vela apagada a la que pronto se acercará una cerilla prendida. De esa persiana clausurada en un taller mecánico, con cuadros en el suelo y la tía buena que ha descendido del calendario para convertirse en dueña del local. De esa terraza pendiente de blanquear sobre el río, con ella haciendo las maletas hacia la capital del reino. De ese patio andaluz en Congrés, repleto de gatas que escarban las plantas. De la voz de la princesita en la emisora de radio. De las artistas que cantan por las calles del Poble Nou (en otra ciudad). De mi madre que cumple años este fin de semana, y no creo que haya puesto todavía la decoración navideña en el comedor.

Frente al hotel Comtes d'Urgell, no sé por qué, me he acordado de Mónica, que ya no está. La fachada del establecimiento estaba repleta de cables con luces amarillas. El pequeño Hayden (mi personita preferida en el mundo), al que me he parecido físicamente por un instante, me habría pedido montarse en mi espalda para trepar a ese cielo iluminado. Y ejercer de Burt Lancaster.

PD: Gracias por la música, Ilse. Manel, por fin.

Quitarnos la careta

Últimamente hay iniciativas en Blogville (copyright de Violette Moulin) que pretenden despojarnos de ese manto que nos convierte en seres anónimos. Desconozco si es bueno o malo cruzar esa frontera imaginaria más peligrosa que la del norte de México. Ciudad Juárez, por poner un ejemplo (en el estado de Chihuahua). Pero es excitante, sin duda.

Hace poco, Duschgel y Esencial nos propusieron grabar un relato con nuestras voces. Escuché esas gargantas tímidas (menos que la mía, porque no participé). Hoy han colgado la segunda convocatoria, y tengo curiosidad por oírlas.

La semana pasada, El Veí de Dalt tuvo la primera buena idea de su vida: convocarnos en un chat. Me pasé un rato eterno leyendo esos mensajes tímidos que se cruzaban los asistentes (menos vergonzosos que los míos, porque no despegué los labios en toda la velada). Tenía curiodidad por descifrarlos, discretamente.

Quiero proponeros una tercera fase en ese acercamiento: mostrarnos la cara. He descubierto una web en la que subes tu fotografía y te dicen a qué personajes famosos te pareces por reconocimiento facial. Te dan diez posibilidades, de mayor a menor en porcentaje de similitud. Es entretenido y sólo te lleva cinco minutos de tu vida. Si me mandáis los resultados (por comentario o email -no vale hacer trampas, porque todos los hombres querríamos ser como José María Ánsar y todas las mujeres como Scarlett Johansson), haré un post dentro de un par de semanas. Una lista por orden de llegada, no de mayor a menor atractivo. También los podríais poner en vuestros blogs. Así nos vemos las caras, aunque sea a través del rostro de un famoso. En cualquier caso, sólo es una idea, un divertimento, no una obligación.

Mis resultados dicen que soy un pseudo clon de un tal Alexis Denisof. Somos similiares en un setenta y cinco por ciento. No tengo ni idea de quién es. He visto fotos suyas en Google images, y la verdad es que no soy tan feo. Entre mis diez famosos me llama la atención el séptimo de la lista: Benito Mussolini (sesenta y tres por ciento de parecido). Mola. Creo que tendré que comprarme una camisa negra para ir a votar en las próximas elecciones a mi querido partido. Como alguien se chive de cuál es, me va a oír.

PD: Hay dos iniciativas de blogs participativos que me gustan. Una es Dimarts de sang, de Xurri y Pere Saragatona. Cada martes nos proponen resolver un crimen. No es un simple pasatiempos. Hay que currárselo y tener nociones de novela negra. La segunda es Dash y Lilly, de Emily. Escribe una relación difícil y ficticia entre Dashiell Hammett y Lillian Hellman, y nos permite ser personajes secundarios. Reinvertarnos. Ponernos una nueva careta.